Así empezamos el día, esperando que llegara el barco. Eran muchas las ganas de volver a ver a mi madre, y encima llegó con más retraso de lo normal. A que el mar no estaba católico, se unió que iba lleno de monigotes que iban al congreso de un partido político.
La espera se hizo un poco larga, pero al final apareció. Ya solo faltaba que atracara y que empezara a bajar la gente:
Luego nos fuimos a buscar la carne, una buena tira para echar a la brasa. Una vez que pude hacer un buen fuego. Pusimos los dos buenos cachos en la parrilla:
Para ir haciendo boca, el grupo disfrutaba de un buen baño en la piscina:
Se pasó un muy buen día gracias a la casa del padre de Erica.
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