Ayer el día lo empezamos pronto. Tenía que bajar a Santa Cruz a que me recetaran los medicamentos. Tuve suerte, y pese a ir fuera de hora, entré pronto. Puesto que ahora la recomendación médica es hacer 5 comidas diarias, hice mi primer desayuno decente desde hace dos semanas.
Uno de los medicamentos son unas inyecciones estomacales. Quien me iba a decir que, después de viejo, yo mismo me las pincharía. Además, me dieron cita para mañana para nueva analítica y quitar grapas. El día tuvo un final inesperado, uno de nuestros vecinos nos trajo un suculento presente a base de vino, papitas negras y papas normales:
2 comentarios:
Es el retomar de las cosas, de lo cotidiano...
Saludos.
Gracias María, la verdad es que si, que gran tesoro lo cotidiano...
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