Es paradójico que a veces se me pase por la cabeza que, la desgraciada operación que tuve a principios de marzo de este año, me esté ayudando a readaptar mi ser a lo que me queda de vida. Te das cuenta que todo puede tener sentido y cierta relación.
Han pasado unas semanas desde mi alta hospitalaria y sigo encajando, lo mejor que puedo, nuevas situaciones que me afectan a mi estado anímico. Ahora mismo estoy en un proceso de reconstrucción de mi mismo. Puedes ser dueño de tus sentimientos hacia otra persona, pero no puedes esperar a que, en cierta manera, te corresponda. Me doy cuenta que llevo media vida regalando amor, felicidad, sonrisas y tiempo.A estas alturas no puedo cambiar mi forma de ser y seguiré regalando, es lo que tiene ser Sagitario. No concibo la vida sin amor, y no puedo negarme mi forma de ser por tropiezos anteriores. Lo único que tengo claro es que ahora me merezco empezar por regalarme a mi mismo amor, tiempo y sonrisas. No voy a luchar para que alguien vuelva a tener atracción afectiva hacia mi. A fin de cuentas, no soy dueño ni tengo el don de hacer cambiar sentimientos.
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