lunes, 15 de noviembre de 2010

Fin de semana en el WOMAD 2010

Después de muchos años volví al WOMAD. Desde que entré en el barco en Tenerife ya se palpaba el ambiente. Venía repleto, la mayoría venían a lo mismo, a disfrutar y compartir un fin de semana de mezcla cultural, musical y racial. Algo de lo que todavía, en muchas partes del planeta, adolece este acomplicado mundo que nos está tocando vivir. Como decía Ramón Trecet en un programa de músicas del mundo: "Buscad la belleza porque es lo único que vale la pena en este asqueroso mundo".

Pero bueno, después de esta pequeña reflexión personal, sigamos con el WOMAD. El festival sigue cumpliendo mis expectativas personales: disfrutar de grupos musicales que no conozco, mezclarme con el ambiente y, como siempre, encotrarme con gente conocida.


Este año estuve también de día, fue lo que menos me gustó, pero al mismo tiempo lo que más me gustó. Por un lado hago una crítica personal esperando que mejoren para otros años los organizadores del WOMAD ya que los talleres infantiles no me gustaron. Por un lado tienes que coger número con anterioridad, son plazas limitadas y una vez que se cumple el cupo ya no entran más niños hasta el día siguiente. y encima el recinto se cierra a cal y canto como en el cole. Personalmente me gustan más que sean al aire libre,  como en ediciones anteriores, o que el recinto esté abierto.

Y por qué se preguntarán que fue mejor al mismo tiempo? Pues porque en la calle, en la trasera del Parque Santa Catalina, se encotraban el WOMAD de la calle, del que participa la gente y no pertenece a la organización oficial del certamen. Es decir, se encotraban los payasos, malabaristas y comediantes que animaban el ambiente por una simple moneda. No sólo se lo pasaban bien los pequeños, sino también los mayores.




Gracias a estos juglares del siglo XXI muchos niños que no pudieron asistir a los talleres oficiales disfrutaron del WOMAD como el que más.

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