La vida es un camino, a veces más fácil, y a veces más difícil. Recuerdo cuando era pequeño, que mi abuelo tenía una contestación a una pregunta:
-A dónde vas Abuelo?
-Yo? Pa viejo...
Simplemente salía un rato a pasear por Santidad de Arucas.
La semana no ha sido un camino de rosas. Estar solo a cargo de todo por un problema familiar no es un plato de buena cuchara. Pero el camino de la vida lo ha decidido así. Y aunque muchas circunstancias pueden ser ajenas a nosotros, otras las decidimos por iniciativa propia. Igual tendría tendría que haber terminado el viernes de forma más sosegada, pero desgraciadamente tengo unos principios, y me viene a la cabeza otra frase del amigo Alvarado: "Si ves algo mal, no te lo calles". Es posible que me haya buscado más enemigos, o siguen siendo los mismos. En el fondo me da igual, prefiero ver la botella medio llena, o sea, pensar que los buenos que me rodean siguen ahí. Aumentar el otro lado puede ser hasta anécdota. En fin, que no me arrepiento de mi anterior crónica. Pese a que le tengo cierta estima al actual Presidente, mi conciencia no me hubiera dejado tranquilo.
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