Desde la noche del 28 de agosto llevo disfrutando la compañía de un ser maravilloso, un ser que me hizo ver muchas cosas a nivel de sentimientos, sentimientos que sólo los que son padres y madres pueden entender. Escribir sobre Laura Delia me resulta complicado, tengo que hacer alguna pausa ante el par de lagrimas que empañan mis ojos, algo inevitable porque me sigue emocionando.
Parece que fue ayer cuando la vi por primera vez hace ya casi unos 10 años, era muy pequeña. Afortunadamente tuve la suerte de cumplir un rol, un papel, que cada vez me encanta más, y que nunca me ha negado. Han sido unos días llenos de alegría, complicidad y de descanso. Ha sido un regalo de vacaciones inmenso poder compartir estos momentos con ella.
PD: Gracias a ella he aprendido a entender el amor desentendido e incondicional que tienen mis padres hacia mi. Se me siguen escapando algunas lágrimas
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