domingo, 22 de mayo de 2011

El Interventor o la estupidez personificada...

Llegó el día de las elecciones. Muchos opinan que es el día de la democracia, el día en el que podemos decidir nuestro futuro. Aunque más bien yo creo que decidimos el futuro de ellos. El nuestro es posible que siga igual independientemente de la papeleta que elijamos. En fin, todavía no ha terminado el día de elecciones y ya las anécdotas y curiosidades florecen, y eso que a la hora que he empezado a escribir son aproximadamente las 14:00 horas.


Pues a lo que vamos, siendo fiel a la imagen utilizada para esta crónica, hablaremos de esos individuos/as que les han dado esa maravillosa misión de ser "INTERVENTORES ELECTORALES". La verdad es que no sabría con quién compararlos, se me ocurren algunas situaciones relacionadas con la realidad. Una podría ser alguno de los subordinados del candidato que se presentan a una alcaldía  insentivando conseguir los objetivos:



-El JEFE: Hoy es un gran día!!!!!!!!!!!!

-LOS INTERVENTOCILLOS: Sí señor!!!!!!!!

-EL JEFE: Vamos a luchar por nuestro Mesías!!!! ( el que se presenta a alcalde )

-LOS INTERVENTOCILLOS: Sí señor!!!!!!!!

-EL JEFE: Hay que machacar a los de los otros partidos!!!!!!

-LOS INTERVENTOCILLOS: Sí señor!!!!!!!!

-EL JEFE: Pues salid ahí fuera y controlar cada mesa electoral como si os fuera la vida!!!!!!

-LOS INTERVENTOCILLOS: Sí señor!!!!!

Y claro, si fuera así, ya uno se puede imaginar como salen algunos de predispuestos a esta fiesta de la democracia, que yo ya no tengo claro que lo sea. Salen como un perro rabioso en busca de sangre:


Por otro lado tenemos a esos pobres ciudadanos, no todos, que han sido sorteados para ser miembros de una mesa electoral. El Juez/a les da la charla de rigor de cuáles son sus funciones y cómo tienen que actuar frente a posibles contingencias ( El Interventor )  y alguna cosilla más. En este caso a mi me recordaría a la famosa frase de aquella serie llamada "Canción triste de Hill Street" : "Y recuerden, tengan cuidado ahí fuera":


Y llegan el gran día. No son las puertas de "El Corte Inglés", ni son las rebajas anunciadas por una Lady Gaga. Es casi la hora de abrir los colegios electorales. La mesa está constituida y.... los "Interventores" están preparados para su desembarco, y no es el de Normandía, sino que tienen que ocupar sus posiciones de ataque en el interior del colegio electoral:


Y aquí empieza la verdadera guerra de guerrillas. Como si un capítulo de la "Pantera Rosa". Algunos lo hacen disimuladamente, otros descaradamente, otros montan un escándalo que se entera todo el mundo. En fin, que uno esconde las papeletas de otro partido, el otro las de éste, uno más la de éstos dos:


Y luego están los que se creen con la absoluta autoridad. A mí siempre me han dicho que la máxima autoridad en una mesa es su presidente. Pues no, algunos viene con su pegatina de no sé qué partido y se creen que estamos en el "Antiguo Oeste" con esa chapa de estrellas que te ha puesto el cheriff de turno para que le ayudes:



Y claro, no sólo se contentan con ésto. Son capaces de increpar y de humillar a los componentes de la mesa con frases como: " Me gustaría saber cuántos de ustedes tienen estudios universitarios". Y claro, cómo se te queda la cara si cuando más de uno de los que han tenido la fortuna o o la mala suerte de estar ahí , te pueden dar una clase de física cuántica, explicarte el por qué de la economía actual o simplemente recomendarle como psiquitra que usted, " Interventor de turno", tiene un gran problema y que con la misma no sabe ni freir un huevo.

Y digo yo, si en algún sitio he leído que una de las labores del interventor es velar por la democracia, por qué ya hay una mesa electoral impugnada porque supuestamente un interventor de un partido estaba repartiendo papeletas del suyo a un grupo de ancianos?

Termino imaginándome cómo al finalizar el día de estas elecciones todos los "Perros de Presa" vuelven al redil del Jefe, ya sin esa ferocidad en la cara, para que les reparta algún caramelillo y se sientan importantes, porque el pastel de los puestos que se eligen ya están designados para la camarilla de turno. Es la ley de la pirámide, para llegar a la poltrona tengo que tener muchos adeptos que hagan lo imposible por su "Mesías":


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