El otro día perdí mi comisión por la recalificación de unos terrenos para un construtor de la zona. Habíamos cerrado el negocio con dos buenas bolsas negras de basura. Ese día tenía un poco de prisa, así que salí pitando de mi despacho y me olvidé de ellas.
Al llegar a casa me di cuenta de que no me las había traído. Llamé al chófer oficial, el muy capullo me dijo que estaba almorzando!!!! Le dije que arreando, que tenía que volver a mi despacho porque me ha olvidado algo importante. Al llegar, el despacho estaba impecable, como los chorros del oro. Las bosas las había dejado debajo de la mesa. Miré, y ya no estaba!!! Pregunté a una de las señoras de la limpieza y me dijo que ya estaban en el contenedor. Salí como quien tiene el diablo a sus espaldas, pero ya era tarde. Mientras jadeaba por la carrera, veía como el camión de la basura se escapaba con el botín ya triturado. Solo a mí se me ocurre fastidiar el almuerzo del chófer con mis chanchullos personales, y de preocuparme de que la limpieza municipal funcione bien a partir de ahora... Ver anterior
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