domingo, 25 de marzo de 2012

Diario de un desconocido: 25 de marzo de 2012...


Una semana larga, básicamente empezó el sábado de la semana anterior y terminó   ayer con el cumpleaños de Laura Delia. La carga de trabajo que tenemos los informáticos del Servicio de Comunicación y Calidad del Ayuntamiento va en aumento. Ya en Navidades, durante los días de permiso que me correspondían, tuve que conectarme a mi equipo desde casa para terminar tareas que me habían encomendado.


Pero afortunadamente, es lo menos que me preocupa. Por lo menos puedo decir que tengo trabajo, que no es poco y ya es bastante en los tiempos que nos ha tocado vivir. Pero la semana ha sido larga paralelamente al trabajo. Los acontecimientos producidos en la última ronda del Absoluto de Tenerife 2012, más la versión que me dieron varios jugadores, que estuvieron presente, de los hechos ocurridos, me obligaron a no mantenerme al margen. Por desgracia, la partida todavía no se ha publicado, cosa que me gustaría para poder sacar más conclusiones. Tampoco se ha hecho público ni la reclamación, ni las alegaciones, ni la decisión final. Una pena, porque de ello se podrían sacar muchas conclusiones sobre cosas a tener en cuenta de cara al futuro. El haber salido al ruedo públicamente, ha generado tensiones y algún otro insulto anónimo que nunca serán capaces de decirme a la cara, aunque seguramente serán personas que me siguen saludando, algo que no preocupa. También he tenido que quitar fotos a petición de una persona por la Ley de Protección de Datos del Menor. Algo curioso, viniendo de alguien que en su momento pedía explicaciones de por qué no ponía fotos que a dicha persona sí le interesaban. Incluso hasta me llegó a mandar fotos propias para que las publicara. Pero bueno, tampoco es algo que me preocupa. Todavía ayer, por momentos me acuerdo de esta historia, y me sigue dando rabia. Me sigue dando rabia, porque no se actuó correctamente, y sólo los implicados saben lo que les pasó por lo cabeza y por que decidieron hacerlo. En fin, me imagino que la vida seguirá, ésto se olvidará y no pasará nada. Yo por mi parte he reflexionado sobre mis actos, y tengo la conciencia tranquila. Los demás no sé, aunque todo depende la escala de valores que tengan o les hayan inculcado. Sigo creyendo que no es una cuestión de buenos y malos, tampoco de buscar justificación del por qué fue así, sino de que la toma de  decisiones tienen consecuencias y que si no son las correctas, habría que poner los medios para que no vuelvan a ocurrir. Simplemente por el bien de todos, sobre todo de los implicados.

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