El pasado jueves tuve una sesión de hipnosis. Fue un ejercicio de relajación que me ha servido de mucho. No sólo salí con energías renovadas, sino que me ha servido para encajar momentos acaecidos en días posteriores.
Me faltó poco para quedarme prácticamente dormido. Mi cuerpo alcanzó a un alto grado de relajación. Tuve que decidir un color a petición de la persona que llevaba las riendas de la sesión ( azul). Y también decidí lo que apretaré con fuerza en mi mano derecha para conseguir energía positiva ( un caballo ). De momento parece que funciona. Y es que sigo aprendiendo a dar importancia a las cosas simples de la vida, a las que verdaderamente te pueden llenar sin poco esfuerzo, a esas cosas que tienes más cerca y a veces no eres capaz de percibirlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario