El pasado lunes 5 de agosto se me apareció Campanilla. No sé si fue casualidad o no, pero me llevó en volandas para jugar mi mejor partida del torneo. Esa misma noche me protegió con su varita mágica y vaticinó que al día siguiente no perdería.
La partida no iba ser fácil, no en vano jugaba contra un Maestro Internacional. Llegué a estar perdido por muchos momentos, pero estaba claro que ese día yo pertenecía al "País de nunca Jamás". Es ese lugar donde los sueños se hacen realidad con tan sólo desearlos con ilusión. Al final pude salvar la partida y aprovechar varios errores consecutivos de mimcontrincante. Bueno, creo que más bien me transmitieron la ilusión de alguien. Ese alguien me ha acompañado durante toda la semana y ha sido maravilloso.
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