Aquí tenemos a la dueña del minilatifundio esperando que esté hecho el almuerzo. Puesto que ese día no jugaba, nos podíamos tomar el día un poco más relajados. Esta vez éramos cuatro, nos acompañó un amigo de Laura Delia. De esta manera, el día para ella iba a ser más divertido que otras veces.
Antes de llegar a la finca, tuve que hacer un recado. Mi negrito preferido, Pedro Alexis Machín, me había hecho un encargo de carnaval para el hijo. Tenían el disfraz de egipcio, pero les faltaba un bastón. La tarea no fue fácil, el día anterior estuve recorriendo el centro de Santa Cruz sin haber encontrado el majadero bastón. Pero al final hubo suerte. El mismo día de camino a Fasnia, paramos en Candelaria y tuvimos suerte de encontrarlo. Una vez en la finca, seguimos con la limpieza. Cada vez la tenemos más despejada, y eso que sólo vamos los sábados:
Yo personalmente ya estaba un poco harto de la brisa que siempre se metía a la hora de comer. Así que esta vez, decidimos montar la mesa dentro:
Así que, con la mesa montada, y los chicos jugando en la otra parte de la finca, sólo faltaba esperar a que el almuerzo estuviera hecho:
Después de la comida, Erica y yo continuamos un rato más limpiando. Ya de camino a casa, no fuimos los únicos que acabamos cansados. Parece que algunos se le pasaron bastante bien jugando en el campo:
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